La isla de Saint Barth en el Caribe es la sede del bello hotel La Banane, toda una institución entre el jet set mundial, donde su nuevo propietario, Jean-Marc Israel, ha decido romper con los estilos tradicionales de hotel de lujo y ofrecer una original experiencia de hospedaje junto al mar. Fue David Rockefeller quien visitó por primera vez esta paradisíaca isla al final de la década de 1950, enamorándose de esta tierra virgen con largas playas de arena blanca y clima templado. Pronto, La Banane se convirtió en un destino en sí mismo dentro de Saint Barth, dando la bienvenida a una clientela más amplia y convirtiéndose, con el tiempo, en un hotel. El nuevo proyecto del hotel La Banane destaca por la exuberante e inteligente obra del dúo de diseño gráfico ICH y KAR, que está detrás de la nueva identidad visual del hotel. El contemporáneo conjunto expresa una visión muy frívola y elegante del concepto de una casa de coleccionista de las décadas de los '50 y '60 donde sus edificios han sido totalmente restaurados pero conservando la arquitectura tradicional de madera y sus vibrantes coloridos. Junto a su compañero Benjamin Fabbri, nuevo director del hotel, Jean-Marc Israel ha aportado su pasión por el coleccionismo de obras de arte homenajeando en sus instalaciones a un crisol de artistas de la modernidad del pasado y del presente como Pierre Jeanneret, Le Corbusier, Charlotte Perriand, Mouille Serge, Jean Royère y Juliette Derel. En el interior, el diseño de la estructura se ha definido con tonos cromáticos de blanco y amarillo que cubren las paredes del vestíbulo. A esto se añade un diseño de círculos azules creados por el piso de baldosas de arenisca, mientras que los baños cubiertos de bloques de vidrio traslúcido de color turquesa hacen dudar entre una evocación del mar y el cielo. El hotel dispone de nueve habitaciones, divididas en dos categorías. Una de ellas es la Banane Extra, una amplia sala de 30 metros con terraza privada con vista al jardín tropical. La segunda categoría, Banane Deluxe, ofrece una sala de 40 metros con terraza privada y vistas a la piscina y al jardín tropical. En esta nueva aventura del Banane, Israel, Fabbri y su equipo han prestado atención a cada detalle asegurándose de que cada estancia sea un hecho inolvidable, y todos los huéspedes se sientan invitados a participar en las magníficas posibilidades que la isla de Saint Barth ofrece.